La
función materna es tan importante, y aunque hay gente profesional que puede
cumplir con esta función o cualquier otra persona ajena de la pareja
madre-infante, el recién nacido podrá ser atendido por cualquier persona pero
nunca será igual, ya que la madre y solo ella; tiene tanto el calor, amor, y
solo ella debe cumplir sus necesidades, de ser de otra manera se perdería el
mejor de los vínculos que se pueda crear en esta relación tan esencial.
Para
el futuro adulto es muy importante la imagen que tenga de su madre ya que de
esta dependerá gran parte de su personalidad, el infante crea su ser verdadero
o falso así como la formación del ego con el que se desenvolverá en su futuro
desde su primer año de vida. También hablamos de lo importante que es el
destete ya que solo una madre suficientemente buena sabrá el momento adecuado,
así como el proceso para que se lleve a acabo adecuadamente un destete que no
tenga consecuencias dañinas ya sea tanto emocional como psicológicamente
¿Cómo
afecta psicológicamente, la ausencia de la madre al desarrollo del infante?
EL
DESARROLLO del ser humano es un proceso continuo, tanto en el aspecto corporal
como en el de la personalidad y la capacidad para las relaciones. Es imposible
saltear o frustrar etapas sin efectos nocivos. En el desarrollo emocional de un
ser humano, si no hay tropiezos o distorsiones en el proceso del desarrollo,
hay salud. Eso significa, si estoy en lo cierto, que todo el cuidado que una
madre y un padre dedican a su bebé no es simplemente un placer para ellos y
para el bebé, sino también algo absolutamente necesario, sin lo cual el bebé no
puede crecer y convertirse en un adulto sano o valioso.
Clasificación de las necesidades del infante
a) En primer lugar, quiero decir que la madre es necesaria como
una persona viva. El bebé debe poder sentir el calor de su piel y su aliento,
saborear y ver. Esto es de vital importancia. Debe haber pleno acceso al cuerpo
vivo de la madre
b)
En segundo lugar, la madre es necesaria para presentar el mundo al bebé. El bebé toma contacto con la realidad
externa, al mundo circundante. Imaginen a un bebé que nunca ha sido alimentado.
Aparece el hambre, y el bebé está listo para crear una fuente de satisfacción,
pero no hay ninguna experiencia previa que muestre al bebé lo que puede
esperar. Si en ese momento la madre coloca el pecho allí donde el bebé está
listo para esperar algo, y si se le da tiempo al bebé para que se familiarice
con la situación, usando la boca y las manos, y quizás también el sentido del
olfato, el bebé "crea" precisamente lo que se puede encontrar allí.
El bebé eventualmente tiene la ilusión de que ese pecho real es exactamente el
resultado de la creación surgida de la necesidad, la avidez y los primeros
impulsos de amor primitivo
Es
necesario examinar el papel que ejerce la madre, para lo cual me parece
conveniente hacer la comparación de dos extremos. En un extremo la madre es una
madre «buena», mientras que en el otro no es una madre «buena».Madre «buena» es
la que responde a la omnipotencia del pequeño y en cierto modo le da sentido.
Esto lo hace repetidamente. El ser verdadero empieza a cobrar vida a través de
la fuerza que la madre, al cumplir las expresiones de omnipotencia infantil, da
al débil ego del niño. La madre que «no es buena» es incapaz de cumplir la
omnipotencia del pequeño, por lo que repetidamente deja de responder al gesto
del mismo; en su lugar coloca su propio gesto, cuyo sentido depende de la
sumisión o acatamiento del mismo por parte del niño. Esta sumisión constituye
la primera fase del ser falso y es propia de la incapacidad materna para
interpretar las necesidades del pequeño. Cuando la adaptación de la madre no es
buena al principio, cabría esperar la muerte física del pequeño, ya que no se
habrá iniciado la catexis de los objetos externos. El pequeño permanece
aislado. Sin embargo, en la práctica el niño vive, aunque lo haga falsamente.
La protesta que origina el hecho de ser forzado a una falsa existencia es
detectable desde las primeras fases
Cuando
la madre no es capaz de adaptarse bien, el niño se ve seducido a la sumisión y
es un ser falso y sumiso quien reacciona ante las exigencias del medio
ambiente, que parecen ser aceptadas por el niño. Por mediación de este ser
falso el pequeño se construye un juega de relaciones falsas, y por medio de
introyecciones llega incluso a adquirir una ficción de realidad, de tal manera
que el pequeño, al crecer, no sea más que una copia de la madre, niñera, tía, hermano
o quien sea que domine la situación entonces. El ser falso tiene una función
positiva y muy importante: ocultar al ser verdadero, lo que logra sometiéndose
a las exigencias ambientales.
La relación inicial de una madre con su bebé:
Se dan aquí dos clases distintas de identificación: la de la madre
con su hijo y el estado de identificación de éste con la madre. La madre aporta
a la situación una aptitud desarrollada ella
sabe exactamente cómo se siente el niño. nadie más lo sabe. Hay dos clases de
trastornos maternos que pueden afectar esta situación. En un extremo, tenemos a
la madre cuyos intereses personales son demasiados compulsivos como para
abandonarlos. En el otro extremo, tenemos a la madre que tiende a estar
permanentemente preocupada por algo, y el niño se convierte entonces en su
preocupación patológica. Es parte del proceso normal que la madre recupere su
interés por sí misma, y que lo haga a medida que el niño vaya siendo capaz de
tolerarlo. La madre patológicamente preocupada no sólo sigue estando
identificada con su hijo durante un tiempo demasiado prolongado, sino que
además, pasa muy bruscamente de la preocupación por el bebé a su preocupación
previa.
El destete
El primer tipo de madre enferma no puede destetar al niño porque
éste nunca la tuvo realmente, de modo que no corresponde aquí hablar de
destete; el otro tipo de madre enferma no puede destetarlo, o tiende a hacerlo
en forma demasiado brusca y sin tener en cuenta la necesidad que se va
desarrollando gradualmente en el niño de ser destetado.
Aquí enfrentamos un tema muy importante que se relaciona con el de los
trastornos mentales llamados puerperales, que suelen afectar a las mujeres
La identificación del niño con la madre
Cuando la pareja madre-bebé funciona bien, el yo del niño es muy
fuerte, porque está apuntalado en todos los aspectos. El yo reforzado y, por lo
tanto, fuerte del niño puede, desde muy temprano, organizar defensas y
desarrollar patrones que son personales y que ostentan visiblemente las huellas
de las tendencias hereditarias (Winnicot 1947).
Los niños que reciben una atención adecuada son los que con mayor rapidez se afirman como personas, cada una de las cuales es distinta de todas las demás existentes en la actualidad o en el pasado, mientras que los bebés que reciben un apoyo yoico inadecuado o patológico tienden a parecerse en cuanto a los patrones de conducta (inquietos, suspicaces, apáticos, inhibidos, sometidos)
Los niños que reciben una atención adecuada son los que con mayor rapidez se afirman como personas, cada una de las cuales es distinta de todas las demás existentes en la actualidad o en el pasado, mientras que los bebés que reciben un apoyo yoico inadecuado o patológico tienden a parecerse en cuanto a los patrones de conducta (inquietos, suspicaces, apáticos, inhibidos, sometidos)
Desarrollo
Desde la perspectiva psicoanalítica de Melanie Klein, el
desarrollo personal se concibe como enriquecimiento de la personalidad que se
refiere a la superación de etapas tempranas de la niñez (que pueden volver a
surgir en la vida adulta), la superación de los conflictos que estas etapas
conllevan, como la ansiedad, culpa, envidia y logro de la gratitud, alcanzar el
equilibrio con el mundo psíquico interno y el mundo externo, y desarrollar la
capacidad de disfrutar de las cosas y llevar relaciones gratificantes de amor
con los otros
Fases para el desarrollo psicológico
Fase de Simbiosis (Cuenca, Rangel, & Rangel, 2004, pág. 60):
El recién nacido forma parte de la madre y la madre forma parte del recién
nacido; con lo cual en esta etapa el niño busca formar su propia identidad
física y psicológica, con el fin de poder distinguirse; para Mahler la energía
psíquica debe ser invertida en la relación con los demás.
Fase de autismo normal: (Cuenca, Rangel, & Rangel, 2004, pág.
60): (0 - 2 meses), el niño no está consciente de su unión de coexistencia con
su madre, termina por seguir a la mamá con la vista o buscar su pezón.
El niño solo responde a los estímulos fisiológicos que se le proporcionan para ir adaptándose al ambiente fuera del útero, no hay respuestas internas, ni señales del yo.
El niño solo responde a los estímulos fisiológicos que se le proporcionan para ir adaptándose al ambiente fuera del útero, no hay respuestas internas, ni señales del yo.
Fase de simbiosis normal (Egea): (2 – 3 meses) La fase simbiótica
normal está señalada por un aumento del investimento perceptual y afectivo por
parte del infante, de estímulos que nosotros (los observadores adultos)
reconocemos como provenientes del mundo externo, pero que, aparentemente, el
infante no reconoce como de origen claramente externo. Sabemos que el infante
ya puede responder diferenciadamente a estímulos de dentro y de fuera.
Fase de separación – individuación (Cuenca, Rangel, & Rangel,
2004): Refleja el deseo de autonomía y el de vinculase con otros. Aquí el niño
alcanza la diferenciación entre él y su madre, conciencia del yo y los otros. Además,
la individuación proporciona los albores de la identidad, o sea, del ser.
Sostiene que “la separación y la individuación se conciben como dos desarrollos
complementarios: la separación consiste en la emergencia del niño de una
función simbiótica con la madre, y la individuación consiste en los logros que
jalonan la asunción por parte del niño de sus propias características
individuales” (Mahler, 1975).
Subfases para el desarrollo psicológico
*Subfase de diferenciación (Cuenca, Rangel, & Rangel, 2004):
(4 – 8 meses) Intentos de separación; exploración del mundo, a través de los
sentidos; frecuente búsqueda de la madre.
*Subfase de práctica (Cuenca, Rangel, & Rangel, 2004): (9 – 15
ó 18 meses) La locomoción permite una mayor exploración del mundo y existen un
sentido creciente de separación de la madre.
*Subfase de reacercamiento (Cuenca, Rangel, & Rangel, 2004):
(15 ó 18 meses – 24 meses) El niño lucha entre su independencia y dependencia,
debido a que se siente en la posibilidad de reintegrarse a la madre; este
periodo es crítico para el desarrollo del futuro.
*Subfase de individualidad y de constancia emocional y objetual
(Cuenca, Rangel, & Rangel, 2004): “Desarrollo del sentido permanente del yo
y representaciones permanentes emocionales y mentales de los demás”.
Es muy importante saber que la madre suficientemente buena no la
hace el tiempo que le pueda ofrecer al niño, si no que el tiempo que le ofrece
es de calidad como podemos darnos cuenta, en ocasiones no se puede tener la
fortuna de convivir todo el tiempo con el infante, pero es muy valido que el
tiempo que se le dedica sea de completa atención en el que la pareja
madre-infante puedan interactuar creando ese vinculo de afectación en el que
ambos puedan demostrarse los grandes motivos que los unen.
Es de total satisfacción saber al respecto del tema, que tiene que
ver con los niños ya que es muy complejo; la educación que pueda heredarse,
pero este trabajo nos hace comprender que aprender a balancear, que tanto se le
proporciona a los hijos en todos los aspectos es muy importante, ya que no
serán felices solo con lo lo material, limitándolos a la interacción familiar
por la ausencia, (en este caso con la madre) cuales quiera que sean los
motivos; ni con solo estar presentes observando como se desarrollan, sino que
hay que aprender con ellos y entrar a sus “mundo”.
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